Nat 3 Redimensionado 620 por 406 pincel seco Ideas, reflexiones y propuestas sobre las Actividades Acuáticas en la Ed. Física Escolar.

Durante los días 26, 27 y 28 de Febrero (2016) he tenido la ocasión de participar en el Congreso  «Natación Educativa: Enseñanza e Inclusión en el Diseño Curricular» organizado por la Real Federación Española de Natación (RFEN). http://www.rfen.es/publicacion/userfiles/Folleto_Congreso%282%29%281%29.pdf

El citado foro sirvió para compartir y conocer diversas propuestas y experiencias relacionadas con la natación en el marco escolar, y para apostar de forma decidida por su inclusión en los currículos escolares de EF.

A continuación voy dejar el enlace para poder acceder al prezi de mi presentación. Luego pasaré a enumerar algunas ideas, reflexiones y propuestas.


El término Natación, usado en esta entrada, debe entenderse como Actividades Acuáticas y no como exclusivamente la enseñanza de la natación deportiva (estilos).

  1. Hay que distinguir con claridad la Natación Educativa que se puede impartir en un centro escolar fuera del horario escolar (como  extraescolar) y la actividad de Natación dentro de la Educación Física Escolar (EFE).  Los ámbitos son diferentes, mientras que en una la asistencia es voluntaria, en la otra es obligatoria. Las finalidades de una natación y otra no suelen ser las mismas. El ámbito en el que nos vamos a centrar tiene que ver con la Natación dentro de las clases de EF.
  2. Si la Natación se utiliza como actividad de enseñanza – aprendizaje dentro de la EF escolar, debe establecer sus contenidos y metodología de acuerdo con esta área. La selección de contenidos se apoyará en los aprendizajes fundamentales de la natación.
  3. La Natación, como cualquier otra actividad físico deportiva y artístico expresiva utilizada en clase de EF, y por tanto en el marco «escolar», debe contribuir a conseguir los fines de la «la escuela». Las competencias básicas, o ahora claves, marcan estas grandes finalidades. Por tanto la natación no solo se tratará en la piscina, sino que puede tener una preparación y prolongación fuera de la piscina, en el aula (antes de, y después de). Podrán articularse relaciones disciplinares con otras áreas (el mundo físico, el lenguaje…) y arbitrar relaciones con proyectos de trabajo más globales («floto o me hundo», «Arquímedes»,…)
  4. Estará dirigida a todos y cada uno de los alumnos y alumnas. Cada uno debe tener la posibilidad de aprender desde su situación o nivel. Lo cual nos lleva por un lado a establecer una pedagogía diferenciada que implica diseñar situaciones abiertas que permitan realizar adaptaciones individuales (utilizando variables didácticas) en función de las respuestas o necesidades del alumnado, y por otro a concebir una evaluación relativa que ponga en el tapete los progresos y aprendizajes adquiridos por cada uno.
  5. Si las adquisición y mejora de las conductas motrices es una de las dos grandes finalidades de la EF, esta actividad (por las condiciones del medio en el que se desarrolla) ofrece  la posibilidad de lograr nuevas conductas motrices que van a permitir al alumnado una mejor adaptación  al medio acuático. Las conductas motrices «terrestres» a penas van a servirle en el nuevo medio y por tanto se verá obligado a construir otras nuevas. El docente tiene la enorme posibilidad de utilizar un entorno diferente cargado de posibilidades educativas. Si además valoramos la implicación afectiva, la carga emocional de la actividad y la utilidad de la misma podemos concluir que es muy interesante considerar su inclusión en las programaciones de EF.
  6. Y ¿qué enseñar, o mejor dicho, qué deben aprender nuestros alumnos en Natación? Habrá que precisar cuáles son los aprendizajes fundamentales de la natación y establecer prioridades, conocer experiencias y propuestas que ayuden a concretar lo más apropiado para un alumno de 5 años o para otro de 10. De momento los currículos oficiales españoles no dicen nada al respecto, con lo cual habrá que pensar en rellenar ese vacío.
  7. A la piscina, como a clase de EF, no se va «a pasar el rato», se va a APRENDER. Considero que ocasionalmente pueda realizarse una sesión de natación más recreativa, pero el principal punto de mira debe dirigirse a  situaciones de aprendizaje que, como su nombre indica, estén elegidas y diseñadas para que nuestros alumnos APRENDAN y PROGRESEN; deben tener sentido y funcionalidad para el alumno que aprende. Realizar «jueguecitos» dentro de la piscina sin ninguna relación con las dificultades y problemas que plantea el medio acuático, y en los que se busca más la animación que el verdadero aprendizaje, no tiene mucho sentido, desde mi punto de vista. Pueden servir para «pasar el rato», pero generalmente para poco más, y recuerdan (en cierto modo, o en modo entero) a las animaciones que se hacen en las piscinas de los camping de verano.
  8. Evidentemente que esta actividad requiere una organización mucho más compleja que las que solemos realizar en el patio o el gimnasio del colegio, y que necesita de recursos económicos y humanos, pero no por ello hay que abandonar la tentativa de facilitar a los niños y niñas de un país, región, localidad o escuela la posibilidad de «nadar». Habrá que coordinar escuelas y entidades (propietarios de las piscinas, servicios municipales de deportes,…) para sacar adelante un proyecto dirigido a toda la infancia que tiene como finalidad hacer que su ciudadanía infantil tenga la posibilidad de saberse desenvolver con soltura en el medio acuático. Ciertamente esto cuesta dinero, y…, «pues que se gaste en ello», que las administraciones educativas y municipales asuman el coste de lo que supone enseñar a nadar a la población infantil.
  9. Considero que el maestro o la maestra (en nuestro país: el profesor o profesora de EF) debe ser el primer responsable de esta actividad. El o ella, mejor que nadie: conoce a sus alumnos, puede establecer relaciones con otros aprendizajes escolares (proyectos de trajo disciplinares o interdisciplinares…), dispone de tiempos fuera de la piscina (en clase) para preparar y revisar el trabajo en la piscina…), conoce lo que quiere que sus alumnos aprendan,  y sobre todo tiene una visión global de la EF (sus fines, contenidos, metodología…). Parece una obviedad decir que el docente de EF debe estar en la piscina, cambiado y ejercer de primer responsables de la sesión y del alumnado. No puedo entender como pueden existir docentes que dejan sus alumnos en la piscina en manos de los monitores y van a tomarse un café al bar.
  10. El docente necesita ayuda. La ayuda más fundamental ha de venir de los y las monitores(as) de la piscina. Ellos y ellas conocen mejor que nadie las técnicas de la natación, la lógica de la actividad; han sido formados para ello. La propuesta consistiría en que estos profesionales dispusieran dentro de su horario laboral de ciertas horas semanales para dedicarlas a  grupos de alumnos, que en horario escolar acuden a la piscina con su profesorado de EF para adquirir conocimientos y competencias que les permitan ser autónomos en el medio acuático. Debe lograrse una buena coordinación con los monitores y monitoras de la piscina: confluir en objetivos, determinar contenidos y estar de acuerdo en una metodología común más centrada en el niño que aprende que en la lógica de la actividad. Deberán existir reuniones para poner de acuerdo a profesorado de EF y monitores de natación; posiblemente no resulte sencillo ir en la misma línea de actuación, pero habrá conseguirlo para el bien del alumnado. Debemos considerar que proceden de líneas de formación diferentes. Los objetivos compartidos de cara a los niños han de unificar la actuación. De entrada no nos parece apropiado establecer grupos de nivel en esta actividad escolar, abogamos por establecer grupos de niveles heterogéneos.
  11. Otra ayuda necesaria son los socorristas y las personas acompañantes (voluntarios-as) que colaboran en el transporte a la piscina, en las tareas de vestuario (si es necesario) y otras. Deberán quedar claros los papeles de cada uno para el buen funcionamiento. En natación la seguridad de los niños es fundamental y habrá que respetar las normas de seguridad que rijan en este tipo de instalaciones y el número mínimo de adultos cualificados por grupo.
  12. Los aprendizajes hay que construirlos y aplicarlos en diferentes contextos; esto no se hace de la noche a la mañana.  Aprender se necesita tiempo; nadar necesita tiempo. Consideramos que debería intervenirse prioritariamente en ed. infantil 5 años, 1º y 2º de primaria; sería bueno disponer de 30 sesiones a largo de este periodo, y un ciclo de 10 sesiones en el segundo ciclo de primaria. Cada sesión debería ser de 30 a 40 minutos de práctica.  Mejor hacer las sesiones agrupadas 2 o 3 por semana
  13. Los centros educativos deberán organizarse para facilitar el desarrollo de la actividad y por tanto tendrán que reajustar horarios, poner a disposición otros docentes en la medida de sus posibilidades, etc…
  14. Para tratar de ayudar a sistematizar y dirigir los aprendizajes deberían existir unas competencias específicas de esta actividad para cada ciclo. A modo de ejemplo adjuntamos las que existen en Francia. También vale la pena observar la reciente normativa francesa sobre el certificado de natación escolar.

Natación en Infantil. Programas Francia. 2015

Progresiones Natación E.Primaria.Francia.2012

http://www.education.gouv.fr/pid285/bulletin_officiel.html?cid_bo=91204

De vez en cuando hay que ser utópicos, tener amplias metas y no ver imposibles antes de hora. Soñar es libre y más cuando los sueños van enfocados a mejorar la vida de la infancia (sí, los que no votan) nuestros hijos y nietos, nuestros alumnos. Sumergido en este sueño que pretendo se haga realidad, abogo por INTEGRAR LAS ACTIVIADDES ACUÁTICAS EN LOS CURRICULOS DE EF. DE ED. INFANTIL, PRIMARIA Y SECUNDARIA, y que a esta actividad se le asigne: tiempo escolar suficiente, recursos económicos y recursos humanos.